Señorío de Montanera presenta su morcón de bellota 100% ibérico

Una exquisita pieza elaborada con presa de bellota 100 % ibérica y otros magros nobles troceados a cuchillo que aportan una gran jugosidad y son embutidos artesanalmente en tripa de ciego natural
El morcón ibérico es una de las joyas gastronómicas de Extremadura, un embutido tradicional reflejo de las tradiciones y los sabores de la dehesa. Señorío de Montanera presenta su morcón de bellota 100 % ibérico, una exquisita pieza galardonada con dos estrellas en el concurso Great Taste Awards, el mayor y más prestigioso sistema de acreditación de alimentos. Se elabora con presa y otros magros de primera troceados a mano, destacándose un matiz de pimentón agridulce de la Vera que cautiva con su sabor. Perfecto para llevar en la cesta del pícnic más campestre y fresco de este verano, junto con unas rebanadas de pan de pueblo, como si nos encontráramos en la dehesa extremeña.
El morcón ibérico de bellota de Señorío de Montanera está elaborado a la manera tradicional –siguiendo la receta típica de las antiguas matanzas de los pueblos del sur de Extremadura, donde al ciego se le llama morcón–, con presa de bellota 100 % ibérica troceada a cuchillo junto con otros magros de primera calidad, adobados con una mezcla de pimentón de la Vera, un ligero toque de ajo y otras especias que recuerdan al guiso de chorizo. La masa, posteriormente, es embutida artesanalmente en tripa de ciego natural y atada para permanecer unida. Tras su estancia en un secadero, pasan a una bodega natural donde se curan durante más de seis meses, afinando sus cualidades de aroma y sabor, hasta conseguir unos matices únicos y exclusivos.
Una vez cortado, este producto gourmet tan especial –sin gluten, lactosa ni ningún otro alérgeno– presenta un aspecto marmóreo, con predominio de un color púrpura intenso, derivado de la carne de presa y otros magros nobles. Su aroma es profundo e intenso y su exquisita jugosidad se aprecia en vista, textura y boca, donde deja un sabor prolongado y lleno de matices, consecuencia de su lenta maduración y de la calidad de la materia prima utilizada. Un regalo para el paladar con una sensación aterciopelada de acabado ligeramente dulce.
Se presenta envasado al vacío con estuche de regalo.