Repunta la confianza de los hosteleros al comienzo del año
La confianza de los empresarios hosteleros en la evolución de sus negocios resultó positiva en el comienzo de 2023, después de dos trimestres consecutivos en negativo, según muestra el Indicador de Confianza Hostelera, elaborado trimestralmente por HOSTELERÍA DE ESPAÑA, con el que se mide la valoración de los empresarios hosteleros en cuanto a las ventas realizadas.
Este resultado, que se obtiene de la media entre los índices de futuro y los de comparación con el pasado lejano (mismo trimestre del año anterior) y cercano (trimestre anterior), se debe a la opinión favorable del primer trimestre respecto al mismo de 2022 y de las expectativas para los próximos meses. Esta valoración ha sido mejor que la de los dos trimestres precedentes que resultaron negativos, aunque inferior a la del mismo trimestre de 2022 (14,6 puntos frente a 30,2).
En concreto, más de la mitad de los encuestados (51%) opina que la actividad de su negocio en el primer trimestre de 2023 fue mejor que la del mismo período de 2022, frente a un 26,3% que piensa que ha sido peor, y un 22,7% que se ha mantenido igual. Las expectativas también son positivas y un 45,1% prevé que la actividad de su negocio va a ser mejor en el segundo trimestre, frente a un 22,1% que se muestra pesimista, y un 32,8% que opina que se va a mantener igual.
Al comparar el primer trimestre con el último del año anterior, la valoración es negativa, por segundo trimestre consecutivo. Un 37,6% opina que la marcha de su negocio en el comienzo del año fue peor que al cierre de 2022, frente a un 33,7% que opinan que fue mejor, mientras que un 28,7% piensa que se mantuvo igual.
Los costes de las materias primas adelantan a los costes de la energía como el principal problema de los internos al que se enfrentan los hosteleros y que más han influido en su valoración. Junto con los costes de las materias primas también subieron de influencia la mayor presión fiscal y los costes salariales, mientras que el factor que más baja es la caída de la demanda, que, junto con la pérdida de competitividad, son los que menos preocupan al comienzo del año.
Entre los factores externos, los precios altos se mantienen como el factor que más preocupa, seguido de los costes financieros que también sube de influencia.