Nuevos Chocolates Montecelio

Una nueva y deliciosa selección de dieciocho chocolates a la taza elaborados con cacao de primera calidad aptos para celiacos

Nadie se resiste a un buen chocolate a la taza. Y menos si detrás tiene una historia. Como los Chocolates Montecelio, que hablan de los orígenes de este alimento de dioses; del pueblo azteca y de la relación que tenían con aquella amarga y especiada bebida con propiedades reconstituyentes y afrodisiacas reservada para el emperador, los nobles y los guerreros.

Fue Hernán Cortés quien introdujo el cacao en España (y Europa) tras haberlo descubierto en la corte de Moctezuma, y precisamente desde tierras aztecas viene esta selección de los mejores chocolates a la taza de la mano de Montecelio, con el sabor y las propiedades de los mejores cacaos.

Desde el lanzamiento de su carta de chocolates a la taza en 2014, Montecelio ha apostado por los maridajes frutales y, aunque mantienen algunas de estas referencias, en esta nueva han querido incluir las tendencias de un mercado cada vez más exigente.

Así, han añadido entre sus nuevas propuestas combinaciones con frutos secos y también con postres, totalmente en auge. Además, para elaborar esta nueva selección también han tenido en cuenta la importancia que le da el consumidor a aspectos como la ecología o el rechazo al azúcar añadido y por ello han querido crear cinco chocolates pensados para este público.

Siguiendo la línea de la tendencia saludable, desde la firma cuentan que han aumentado el porcentaje de cacao (de hecho una de las propuestas eco lleva un 55%) y en la nueva carta dan más peso a los chocolates negros.

Chocolate negro con coco, chocolate con leche praliné, chocolate blanco cheesecake … son solo una muestra de los exquisitos caprichos que se pueden encontrar en la nueva carta de Chocolates Montecelio. Dieciocho tipos diferentes para todos los gustos y… ¡aptos para celiacos! que se pueden comprar en www.cafentoshop.com en cajas de diez sobres individuales (10,25€) de fácil preparación, ideales para reconfortarse en las tardes de otoño o invierno.