Nueva añada de Finca La Mina de Pradorey, el elegante de la familia
Pradorey es la bodega con la mayor extensión de viñedo propio de la Ribera del Duero con 520 hectáreas – algunas ya en ecológico-, lo que les permite hacer todos sus vinos con uva propia y todos ellos con una personalidad diferente gracias a la diversidad del terruño. Así, sus etiquetas pueden dividirse por su ‘carácter’ y acaba de salir al mercado la añada 2018 de Finca La Mina, ‘el elegante’ de la familia, un rompedor tempranillo que conquista. De hecho gusta tanto, que su demanda, tanto en el mercado nacional como internacional, no deja de crecer…
¿Qué lo hace tan especial? Sin duda alguna la parcela en la que crece, El Pago La Mina, un terreno franco-arenoso, sano y profundo, con caliza y casi sin arcilla, entre 800 y 820 metros sobre el nivel mar, que le da un carácter intenso, enérgico, recio… y lo convierte también en un buen vino de guarda. Gracias a este terruño tan específico, Finca La Mina tiene un alto nivel de prociadinina o lo que es lo mismo, un conjunto de polifenoles que diferentes estudios señalan como un compuesto con múltiples beneficios, necesarios para la respuesta metabólica.
Esta añada de 2018 ha pasado 14 meses en barricas de roble francés -su predecesor pasó medio mes más en roble europeo, porque en Pradorey no hay ‘reglas’, sino observación y aprendizaje-. Eso sí, la fermentación siempre, en este y en sus otras trece referencias, es espontánea con levaduras autóctonas de la uva seleccionada en depósitos de acero y la fermentación maloláctica, también espontánea, que se realiza entre conos de madera de Nevers y barricas nuevas francesas.
Este reserva de la Ribera del Duero 100% tempranillo atrae desde el primer momento gracias a su brillante rojo cereza. Tiene una nariz compleja y elegante -así lo apodan entre ‘los clásicos’ de la familia- con predominio a fruta madurada, especiado, ahumado y con aromas a tabaco y chocolate, es decir, es un vino con bouquet. En boca es sedoso, con taninos de largo recorrido y sensaciones de fruta madura, aterciopeladas y balsámicas. Es ideal para disfrutarlo con plato de caza menor de pelo o pluma, con guisos que saben a tradición, así como con carnes gelatinosas como callos o rabo de toro. Es una etiqueta que nos acompañará hasta el postre, pues con un buen chocolate amargo el maridaje es redondo.
Finca La Mina tiene un precio de 24 € la botella, y el formato magnum -que además estrena diseño y se vende en un precioso estuche con dos copas- de 49 €.