Los ingresos de la distribución alimentaria en España y Portugal volverán a caer en 2022
El debilitamiento del poder adquisitivo de la población y el aumento de los costes constituyen amenazas para el sector a corto plazo
Según el Observatorio Sectorial DBK de INFORMA (filial de Cesce), líder en el suministro de Información Comercial, Financiera, Sectorial y de Marketing en España y Portugal, las ventas de la distribución alimentaria en España y Portugal, considerando conjuntamente la actividad de hipermercados, supermercados y establecimientos cash & carry, disminuyeron en 2021 debido a la reactivación del consumo fuera de los hogares, tras las medidas decretadas en 2020 para hacer frente a la pandemia de la COVID-19.
La facturación se situó en 114.835 millones de euros, lo que supuso un 0,7% menos que en 2020, año en el que había aumentado algo más de un 6%. Las ventas en España se cifraron en 97.410 millones de euros, un 1,2% menos, mientras en Portugal, donde en los primeros meses de 2021 se mantuvieron todavía considerables restricciones a la movilidad de la población, se estima un aumento del 2,3%, hasta los 17.425 millones de euros.
En el sector se observa una aceleración en el cambio de los hábitos de consumo de la población, registrándose un gasto más fragmentado, una mayor frecuencia de compra y una creciente valoración de la proximidad de las tiendas. Estas tendencias están favoreciendo la actividad de los supermercados y autoservicios, cuyas ventas se situaron en 2021 en el conjunto del mercado ibérico en 92.700 millones de euros, un 0,9% menos que en 2020. Por su parte, los hipermercados continuaron reduciendo su cuota de mercado, estimándose una caída de sus ingresos del 1,4%, hasta los 16.995 millones.
En cuanto a los cash & carry, el repunte de la demanda en el sector de la restauración en 2021 impulsó su facturación, la cual alcanzó en ese año los 5.140 millones de euros, un 5,5% más que en 2020.
Las previsiones para el cierre de 2022 apuntan a una continuación de la tendencia a la baja del valor del mercado, estimándose una caída similar a la de 2021, debido al ascenso adicional de la demanda de productos de alimentación y bebidas en hostelería y restauración y disminución del volumen de consumo en hogares.
El debilitamiento del poder adquisitivo de la población, a causa de la alta inflación y la subida de los tipos de interés, constituye una amenaza para el sector a corto plazo. Cabe destacar también el fuerte incremento de los costes de aprovisionamiento, energéticos y logísticos, lo que está afectando a sus márgenes en un contexto de elevada sensibilidad de los clientes al precio.