Fortalecer la cadena de suministro alimentaria a través de la transparencia y la trazabilidad
Ya durante los primeros días de la pandemia se revelaron grietas en la cadena de suministro alimentaria, y los fabricantes y minoristas de alimentación tuvieron que hacer grandes esfuerzos para cubrir la demanda. Antes de eso, la transparencia y la trazabilidad ya se estaban volviendo cada vez más críticas para compañías que querían no solo evitar retiradas de productos del mercado, sino también satisfacer las demandas de los consumidores, quienes desean saber más de los alimentos que consumen.
La pandemia ha subrayado la fragilidad de las cadenas de suministro globales. Los fabricantes de alimentación han visto un gran cambio en la demanda en segmentos como el consumo fuera del hogar, las tiendas de comestibles, las ventas online y las entregas a domicilio. Al mismo tiempo, las plantas de producción tuvieron que trabajar en diferentes turnos para reducir el riesgo de tener que cerrar la fábrica por completo si varios empleados daban positivo.
El suministro de materias primas podía, y aún podría, ser un problema. El transporte marítimo de contenedores puede retrasarse y los proveedores preferidos podrían sufrir escasez. Esto hace que las empresas tomen conciencia de que la resiliencia de la cadena de suministro es fundamental en estos tiempos turbulentos. La transparencia es clave para una cadena de suministro resiliente; debe haber visibilidad del punto donde están los productos, cuáles son los tiempos de llegada previstos y qué recursos están disponibles en la cadena de suministro, desde la granja a la mesa del consumidor. Especialmente en la cadena de suministro alimentaria, no se trata solo de cantidades y tiempos, sino también de calidades, origen y certificados. Por ejemplo, puede que los proveedores alternativos sean satisfactorios para la mayoría de los clientes, pero que para otros clientes y en determinados países, no lo sean. Disponer de transparencia requiere una cadena de suministro digital y conectada.
Una encuesta de Nielsen en 2018 reveló que el 67 % de los consumidores quiere saber todo lo que contienen los alimentos que compran. El 46 % afirma que la información en las etiquetas de los productos alimentarios tiene una influencia directa en sus decisiones de compra. Desde que comenzó la pandemia, los consumidores están gastando más dinero en lo que consumen dentro de sus hogares y están más concienciados sobre el origen de los ingredientes, de lo saludable que es el producto y de su huella ecológica.
Ya hace algunos años, entraron en vigor legislaciones en la mayoría de países con respecto a la obligación de incluir información clara en las etiquetas y garantizar la seguridad alimentaria. Algunos ejemplos son FSMA en EE.UU. y RASFF [Sistema de alerta rápida para alimentos y piensos] en la U.E., para la seguridad alimentaria y las retiradas de productos. El motivo fue una serie de escándalos alimentarios previos, pero se necesita más para restablecer la confianza del consumidor. Por ello, algunos minoristas exigen pruebas de origen y sostenibilidad por cada lote suministrado. Por su parte, algunos fabricantes de alimentación, para fortalecer su imagen de marca, proporcionan esa información directamente a los consumidores mostrando, por ejemplo, de qué granja proviene el producto.
El pasado año, Infor realizó una encuesta a fabricantes de alimentación, y el 50 % de los entrevistados señaló que su trazabilidad aún no era completamente digital, incluso dentro de su fábrica. Eso significa que muchos datos de trazabilidad todavía se limitan al formulario en papel y a aplicaciones aisladas como las hojas de cálculo. Otro 43 % respondió que es parcialmente digital, lo que indica que los resultados de las pruebas de calidad no están relacionados con su seguimiento y la localización.
La consecuencia de esto es que los problemas de calidad no se pueden identificar fácilmente por lotes específicos y que no se puede realizar un análisis inmediato del origen de la causa. Las retiradas de producto son menos específicas y tienen un mayor impacto.
Para combatir esto, en primer lugar, se necesita un sistema digital para capturar todas las transacciones de bienes a nivel de lote. En segundo lugar, la información de origen, los certificados y los resultados de las pruebas de calidad deben estar conectados a los lotes dentro del mismo sistema digital. En tercer lugar, la trazabilidad y la transparencia deben extenderse desde los proveedores hasta el cliente final.
El sistema digital mencionado anteriormente suele ser un sistema de planificación de recursos empresariales (ERP) de proceso de alimentos y, en algunos casos, un sistema de ejecución de fabricación (MES).
Sin embargo, extender la trazabilidad fuera de las cuatro paredes de la fábrica va más allá de ERPs y MESs. Realmente, se trata de conectividad con la cadena de suministro ascendente y descendente, y de la capacidad de capturar datos de los sensores del Internet de las Cosas (IoT). Los datos de Blockchain e IoT están vinculados al seguimiento y rastreo y a la Inteligencia Artificial (IA), lo que ayuda a impulsar decisiones inteligentes que evitan problemas de seguridad alimentaria y reducen el desperdicio de alimentos, agua y energía. Es por eso que Infor proporciona un ERP específico para la industria de fabricantes de alimentación, incluida una plataforma digital con estas capacidades: Infor CloudSuite Food & Beverage.
La tecnología está evolucionando mucho más rápidamente que el tiempo necesario para la instalación y puesta en productivo de un software. Esto impulsa un enorme crecimiento de los despliegues en la nube, porque la gran ventaja de la nube es tener la tecnología a mano, como servicio, en lugar de tener que realizar un proyecto de TI extenso y que no será escalable. La nube es la oportunidad de implementar cambios mucho más rápidamente, en lugar de tener que realizar proyectos de migración técnica que, a menudo, implican un paso atrás antes de poder avanzar.
Con tecnología como un ERP específico para la industria de alimentos y bebidas, los lotes sospechosos se pueden identificar en segundos, porque se visualiza la cadena de suministro, mostrando una imagen completa del origen de los ingredientes y el destino de los productos. Los detalles de origen, los certificados, los resultados de las pruebas de calidad y las lecturas de IoT se pueden analizar de inmediato para determinar la causa del origen de los problemas, lo que permite a las empresas realizar rápidamente una retirada específica si fuese necesario. También es importante tener en cuenta que la tecnología supervisa constantemente la consistencia de la trazabilidad. Esto evita un problema común que tienen muchos fabricantes de alimentación: las cadenas de trazabilidad rotas debido a que un ingrediente no se registra como consumido en el producto.
En definitiva, la transparencia y la trazabilidad son hoy más importantes que nunca en la cadena de suministro de alimentación y bebidas. Corren nuevos tiempos y las empresas y sus procesos deben adaptarse para ofrecer el mejor servicio a los clientes, cada vez más exigentes, y competir con éxito en el mercado global.