España transforma su forma de comer: marca blanca, proximidad y menos desperdicio

En un contexto marcado por la inflación, el encarecimiento de los alimentos y la transformación digital, el consumo alimentario en España vive una profunda reconfiguración. Así lo recoge el informe ‘Food Trends 2025’, elaborado por Trescom, que analiza cómo la digitalización, la conciencia ambiental y la búsqueda de bienestar están transformando el sector alimentario en España, y cómo esto afecta a la relación que mantienen las marcas con los consumidores.
La comida como fuente de salud y bienestar
La preocupación por la salud continúa creciendo, pero no siempre tiene una traducción real en los hábitos de compra. En 2024, el consumo per cápita de fruta fresca cayó un 0,9% y el de hortalizas frescas un 0,7%, mientras al mismo tiempo se producía una subida de precios del 3% en estos productos. También descendió el consumo de alimentos ecológicos (−3,7%), cuyo precio medio alcanzó los 3,12 €/litro, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Pese a ello, el interés por el bienestar sigue guiando las decisiones de compra. De hecho, el comercio electrónico de comida saludable ha crecido más de un 41% desde 2020, como confirma FruitToday, reflejando una búsqueda de opciones más sanas y funcionales.
Nuevas líneas de consumo: precio, rapidez y proximidad
El precio medio de la cesta de la compra creció un 1,8% en 2024, con un aumento del gasto medio de 22,35€ por persona. Como resultado, el 81% de los españoles ha modificado sus hábitos de compra buscando precios más competitivos en beneficio de las marcas blancas, de acuerdo con los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Las marcas blancas alcanzan ya el 48,5% de las ventas en valor, lo que afianza a España como el país con mayor penetración en Europa en este segmento. Mercadona, Lidl y Aldi concentran la mayor cuota, como establece Aldi en su “Estudio sobre la marca propia en España 2024”.
También crece la preferencia por la comida rápida y cómoda con los platos preparados, con 702 millones de kilos consumidos en 2024, siendo la pizza el producto estrella, según ASEFAPRE. Esta tendencia convive con la revalorización de lo local. Así, el 65% de los consumidores españoles prefiere comprar productos nacionales y destina el 36% de su gasto mensual al comercio de proximidad, de acuerdo con datos de Kantar y American Express respectivamente.
Adiós al despilfarro y a la sobreproducción
La reducción del desperdicio alimentario ha sido una de las mejoras del último año. Según AINIA, 2 de cada 3 consumidores consideran esencial que las empresas del sector trabajen con criterios de sostenibilidad y un 26% afirma comprar envases sostenibles de forma habitual. No obstante, el reto global persiste ya que el 30% de los alimentos producidos en el mundo se desperdician cada año, lo que equivale a 1.300 millones de toneladas, como detalla la Organización de la Naciones Unidas para Agricultura y la Alimentación (FAO).
Transformación digital del sector agroalimentario
Las nuevas tecnologías están redefiniendo la experiencia de compra. La personalización, la inmediatez y los canales digitales son ya parte estructural del consumo. Como prueba de ello, el informe Informe “Gastrómetro” de Just Eat afirma que el mercado del delivery y la compra online en España alcanzó durante 2024 los 8.000 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 40% respecto al año anterior.
Los domingos y las mañanas concentran la mayor parte de los pedidos, según Uber Eats; y la comida más pedida son hamburguesas, makis y pokes, de acuerdo con Just Eat. Este modelo de consumo rápido, pero personalizado, responde a una doble demanda: alimentarse bien sin perder tiempo.
Retos y oportunidades para el sector
Reconciliar sostenibilidad y precio sigue siendo el gran desafío del sector. La mayoría de los consumidores quiere comer mejor y de forma más responsable, pero el precio de los productos saludables y sostenibles sigue siendo una barrera. A esto se suma el encarecimiento de la cesta básica, lo que amplía la brecha de acceso a una alimentación equilibrada.
La digitalización del sector agroalimentario ofrece grandes oportunidades para mejorar la trazabilidad, la transparencia y la relación con el consumidor. Sin embargo, aún existen retos para que estas herramientas sean accesibles a todas las empresas del sector, especialmente a las pequeñas y medianas.
Por último, el cambio de hábitos requiere también una adaptación del discurso y los formatos por parte de marcas e instituciones. Comunicar desde el propósito, conectar con generaciones diversas y ofrecer soluciones prácticas y sostenibles será clave para fidelizar y generar confianza. Las marcas que logren combinar innovación, coherencia estratégica y un enfoque comunicativo verdaderamente multicanal serán las que mejor se adapten a un consumidor cada vez más exigente y consciente.
