El consumo de espirituosos sin alcohol crece un 10% anual
Un estudio reciente realizado por Alba Ramírez, la Dra. Belén Derqui y el Dr. Marcos Polo, académicos españoles de la Universidad Ramón Llull, revela una solución hacia socializar sin tener que consumir alcohol. Son versiones de las bebidas espirituosas (ginebra, whiskey, ron…) pero con menos alcohol o directamente sin, llamadas NoLo (del inglés No or Low Alcoholic Beverages).
Estas aparecen impulsadas por una creciente conciencia sobre la salud y la sostenibilidad que prometen redefinir el mercado de bebidas y alinearse con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, crecen un 10% anual aproximadamente en una categoría que crece al 1% según datos de Euromonitor 2023. Además, cuatro de las diez innovaciones más exitosas del 2022 fueron de esta categoría y siguen creciendo.
Publicado en la prestigiosa revista norteamericana Appetite, el estudio aborda cómo el emergente mercado de las bebidas espirituosas sin o bajas en alcohol responde a la demanda de alternativas saludables, destacando un notable aumento en la demanda de versiones sin o de bajo contenido alcohólico de bebidas espirituosas. Estos productos, ofrecen a los consumidores la posibilidad de disfrutar de la experiencia cultural del beber, practicando un comportamiento responsable y enfocándose en un futuro sostenible. Es decir, permiten tomarse un “gin-tonic” sin alcohol y formar parte de la experiencia grupal de consumo o ahora te puedes tomar un cocktail muy sofisticado y complejo sin que importe el hecho de que sea con o sin alcohol.
El estudio analiza cómo las tendencias hacia estilos de vida más saludables están reconfigurando las elecciones de bebidas en España, un país donde el consumo de alcohol está profundamente arraigado en la cultura social.
En este caso, han analizado las percepciones de los consumidores hacia las bebidas espirituosas NoLo que son opciones más saludables propuestas por una industria percibida como poco sana.
“La innovación es clave para la evolución, pero la tasa de éxito es bajísima, con nuestra experiencia profesional y la metodología científica académica ayudamos a que esa tasa de éxito suba y las innovaciones que son realmente relevantes para el consumidor se queden” dice Alba Ramírez.
Esta investigación no solo ayuda a entender cuáles pueden ser vías para tener una sociedad más saludable, sino que también proporciona una guía valiosa para los organismos gubernamentales y las marcas en un mercado en constante evolución.
En el marco del creciente interés por estilos de vida más saludables y sostenibles, los datos del embudo de producto revelan una clara tendencia de aceptación hacia las bebidas espirituosas con bajo contenido o sin alcohol. Observamos que un 85% de los consumidores están al tanto de estas innovaciones, mientras que un 34% ha decidido probar estos productos, reflejando una curiosidad significativa por alternativas más saludables.
De aquellos que los prueban, un 12% continúa consumiéndolos habitualmente, lo cual indica que una parte considerable de los consumidores no solo experimenta con estas opciones, sino que también las integra en su consumo regular. Este cambio destaca la adaptación de las marcas a las nuevas demandas del mercado, ofreciendo productos que no solo atraen por su innovación, sino que retienen a los consumidores por su compromiso con la salud y el bienestar.
Un aspecto destacado del estudio es la identificación de obstáculos específicos en la adopción de bebidas no alcohólicas, incluidos los estigmas sociales y las percepciones variadas según la edad.
Los obstáculos se diferencian en función de la edad de los consumidores para los jóvenes existe mucha presión social: “si pido una copa “sin” (alcohol) mis amigos se reirán de mi” – afirma uno de los investigados menor de 30 años.
A pesar de estos desafíos, los resultados sugieren un movimiento creciente hacia la moderación y una mayor inclusión de opciones no alcohólicas en las reuniones sociales.
Para los menores de 30, la novedad y el atractivo de los productos chocan con la imagen personal y el prestigio social, mientras que la curiosidad y la apertura se enfrentan al deseo de entretenimiento y la presión por beber en compañía. Para los mayores de 30, los impulsores de salud y la sostenibilidad pesan más, aunque no escapan a la falta de diversión y las expectativas sociales en grupo.
De este modo, los mayores de 30 tienen el 70,5% más de razones a favor para el consumo de este tipo de producto que los menores de 30 años. La actitud hacia la compra de bebidas de bajo contenido alcohólico es el 8,2% más alta en consumidores de más de 30 años.
Las autoras argumentan que entender y responder a las demandas de los consumidores por opciones más saludables no solo es una estrategia rentable que puede conducir a las marcas a liderar el mercado, sino que también mejora la experiencia del consumidor, alineándose con el estilo de vida saludable deseado por muchos y que podría tener implicaciones significativas para la salud pública, además de influir en las futuras estrategias de marketing y desarrollo de productos en la industria de bebidas.
A medida que más consumidores buscan alternativas más saludables, este estudio arroja luz sobre los factores que impulsan este cambio y cómo los actores de la industria pueden responder a esta evolución en las preferencias de consumo. En algunos países como en el Reino Unido o Estados Unidos, este tipo de bebidas tienen ya una penetración alta.