Dehesa de Los Llanos presenta su jabón artesano de lavanda
Un jabón que cultivamos en el jardín
Compañera del olivo y el almendro, la lavanda constituye una de las joyas más preciadas del ecosistema mediterráneo. Por algo su balsámico nombre –derivado del latín lavare–, es sinónimo de limpieza, higiene, perfume y salud.
En la Dehesa de Los Llanos los campos de lavanda conviven con otros cultivos de secano, y en las cálidas tardes de verano, un tonificante olor a lavanda, –entre herbáceo y floral–, impregna el aire hasta el anochecer dejándose sentir más allá de sus muros.
Y es que la lavanda es generosa con sus dádivas. Sus ondulantes espigas azul violeta alimentan a las abejas que se afanan por miles en las colmenas de la finca, a la que aportan también su valiosa esencia, que es destilada allí mismo y es uno de los componentes básicos de su insuperable jabón artesanal.
El jabón de lavanda Dehesa de Los Llanos nace de una esmerada fórmula que combina tradición y vanguardia.
Tradición porque está elaborado siguiendo el proceso ancestral de la saponificación en frío, un método lento y delicado gracias al cual cada ingrediente conserva inalterables sus propiedades naturales. Vanguardia, por la rigurosa trazabilidad de estos ingredientes: aceite de Oliva Virgen Extra, esencia pura de lavanda y miel de abejas, apreciadas materias primas obtenidas en la dehesa y enriquecidas con aceite de coco y manteca de karité para obtener un grado extra de cremosidad.
Una vez transcurrido el periodo de maduración y secado que exige la saponificación en frío, se inicia la manufactura final del producto. Primero hay que trocear el jabón, que, mediante un corte manual, se divide en bloques rectangulares de unos 100 gramos de peso. Por último, el packaging, también se lleva a cabo manualmente: cada pastilla es grabada, envuelta y empaquetada a mano.
Elaborado con paciencia y un escrupuloso control de calidad, el jabón de lavanda Dehesa de Los Llanos es el aliado perfecto de la higiene diaria. Está indicado para todo tipo de pieles, incluso las más sensibles, y recomendado tanto para el cuerpo como para el rostro, ya que, a diferencia de los geles, no irrita la epidermis. Limpia y desinfecta. Evita la descamación. Aporta firmeza, elasticidad y un extra de perfume a lavanda fresca que serena y calma el espíritu como una interminable sesión de aromaterapia.
PVP: 7,00 €/100g