Bodegas Habla lanza su nuevo monovarietal de su colección Alta Costura
El nuevo Habla Nº22 es un monovarietal de Tempranillo, el cuarto que la bodega lanza al mercado de esta variedad
Fundada en Trujillo (Cáceres), en una zona de escasa tradición vinícola, Bodegas Habla es un proyecto pionero que desde sus inicios ha apostado por romper con los estándares establecidos. Sus vinos de alta costura no responden a un ensamblaje concreto ni a los criterios de ninguna denominación de origen, sino que buscan expresar lo único y lo mágico de la naturaleza y la creatividad y el amor por la tierra de quienes la trabajan. Cada uno de ellos es el fruto de unas condiciones que no se volverán a repetir y es por ello que, como si de una obra de arte o una joya de colección se trataran, llevan impresos en su botella un número distinto y correlativo enfatizando su carácter singular: cada Habla es único e irrepetible.
El nuevo Habla Nº22 es un monovarietal de Tempranillo, el cuarto que la bodega lanza al mercado de esta variedad —tras el Nº2, el Nº15 y el Nº19— desde que en 2007 comenzó su serie de haute couture. Tras una crianza de 12 meses en barricas de roble francés y casi tres años de reposo en botella y procedente de una viticultura absolutamente ecológica, Habla Nº22 presenta un color brillante de intensidad profunda, reflejo de sus atractivos tonos rubí. En la copa se puede apreciar cómo aparecen ligeros matices púrpura, fruto de su estancia en madera. En nariz muestra una marcada expresividad, notas a frutas del bosque, como la mora, y un carácter mentolado tremendamente fresco. Aparecen entrelazados recuerdos ahumados y especiados y un evocador fondo de trufas con un ligero toque de cuero y caza. En boca, destaca una impactante nota golosa al comienzo –que le transfiere una personalidad rotunda– y la agradable sedosidad que deja a su paso. Durante su recorrido es equilibrado, fresco y prolongado, llevándonos a un final persistente y atractivo.
En palabras de sus creadores «Habla Nº22 es un vino preciso y armónico que abre una ventana de sensaciones para la nariz y el paladar y se cierra con un final perseverante».