La pérdida desconocida en Europa supone 49.000 M€

España ocupa la primera posición entre 11 países europeos con una pérdida desconocida y conocida de un 2% de media de la cifra de ventas, seguida de Bélgica y los Países Bajos con un 1,9% y Francia con un 1,7%

En España la pérdida desconocida y conocida en alimentación alcanza el 2,6% de las ventas totales de los minoristas frente al 1,3% de media en otros sectores

En Europa la pérdida conocida y desconocida representó de media el 1,44% de la cifra de ventas de los retailers entre 2015 y 2017 y un 2,1% si se añade el gasto en medidas de seguridad y prevención contra el hurto (0,61%). Por sectores, dichas pérdidas y la inversión en seguridad alcanzaron en alimentación el 2,6% de las ventas, seguidas del 2,1% para los artículos de textil y el perpetrado en estaciones de servicio. En su conjunto, los costes de la delincuencia representarían la facturación total de la cuarta cadena de distribución europea.

Este estudio ha sido realizado por Crime&tech con el apoyo de Checkpoint Systems y se ha focalizado en 11 países de Europa: Alemania, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Italia, Países Bajos, Polonia, Suecia, Reino Unido y Rusia. El informe adopta una metodología innovadora, que incluye una encuesta a minoristas equivalente a 22.557 tiendas, datos sobre la merma de 3.474 comercios (el mayor conjunto de datos de este tipo jamás analizado), el análisis de 1.600 noticias sobre la delincuencia en comercios minoristas, focus groups y entrevistas con más de 50 directores de seguridad

España: Top 5 artículos más hurtados
En nuestro país los artículos más hurtados por precio en alimentación son los vinos y licores, el queso, la carne, los cosméticos y los perfumes. En términos generales, la pérdida conocida y desconocida representa en España el 2,6% de la cifra de ventas en alimentación, frente al 1,3% de media en otras categorías de artículos.

En Europa, en términos globales los artículos que registran más pérdidas son en electrónica los auriculares y discos duros, en moda los pantalones, en artículos de deporte las prendas deportivas, en belleza los productos de cosmética, en alimentación los licores, en autoservicio los dispositivos electrónicos, en cash&carry las bebidas alcohólicas, en productos para mascotas los accesorios y juegos, en calzado los náuticos, en gasolineras los accesorios de telefonía móvil y de automoción, y en tiendas de lujo las gafas.

Factores que favorecen la pérdida
Entre los factores externos que más impactan en el fenómeno de la pérdida, los minoristas europeos destacan que ésta es más cuantiosa en áreas urbanas con alta densidad de población y renta más baja.

Asimismo, el estudio de Crime&tech con el apoyo de Checkpoint pone de relieve que la pérdida es mayor en tiendas de tamaño grande y que existe una correlación entre el número de horas de apertura al público y la pérdida registrada. Por otro lado, el fraude es más elevado en los establecimientos próximos a estaciones de tren o de metro, en los situados en calles de gran afluencia de público y en aquellas tiendas que disponen de cajas de auto-pago.

Atracos: el uso de armas de fuego y navajas alcanza el 38% en Europa
El hurto externo por parte de los consumidores sigue siendo la causa más frecuente de la pérdida desconocida en la distribución comercial. El 28,2% es cometido por individuos que actúan en solitario y el 71,8% por grupos compuestos por 2 y 3 personas.

El hurto interno y el producido en la cadena de suministro continúan siendo significativos. El informe destaca que, además de la apropiación indebida de artículos, se detecta fraude por la manipulación de los datos de ventas y KPIs, por el uso desleal de tarjetas de fidelización y de regalo, en los falsos reembolsos y devoluciones, y en sobreprecios de artículos. El informe apunta que muchos retailers se limitan a analizar los perfiles laborales sólo en el proceso inicial de la contratación del personal y menos cuando ya están en plantilla.

Respecto al personal interno relacionado en los hurtos, el informe indica que son los empleados de la sala de ventas y de caja los más involucrados en fraudes, así
como los encargados de tienda sobre todo en establecimientos de moda y de belleza y cosmética.

Por otro lado, más de dos tercios de los retailers encuestados alegan haber sufrido fraude en su cadena de suministro, ya sea por los servicios logísticos, de limpieza y por parte del personal de seguridad subcontratado.

En los 11 países europeos que aborda este estudio, el coste de las medidas de protección tomadas por los retailers asciende al 0,6% de su facturación total. Por ámbitos, es mayor la inversión en seguridad en bricolaje y gasolineras (1%), textil (0,7%) y alimentación (0,6%).

El sistema más utilizado para la gestión del inventario son las etiquetas de código de barras, que representan el 71,7%. La radiofrecuencia de identificación digital (RFID) ya representa el 7,6%, instalada de forma independiente o junto al código de barras.

Impacto económico en los 11 países europeos: 49.500 M€
El coste de la delincuencia y la merma (35.000 M€) más la inversión en medidas de seguridad (14.500 M€) arroja un impacto económico anual que representa el 2,1% de la cifra de ventas de los retailers europeos, es decir, 49.500 millones de euros en los 11 países analizados, esto es, 78 euros por cada español al año. En este balance, nuestro país se sitúa en la media europea, con 3.645 M€ (2.542 M€ de pérdidas y merma, y 1.103 M€ de coste en inversión en seguridad).

En el futuro, los autores del informe consideran importante analizar con mayor profundidad cómo son contabilizadas las pérdidas por parte de la distribución comercial, qué impacto tiene la actividad delictiva en estas pérdidas, cómo afecta este fenómeno en la actitud de compra de los consumidores, qué relación existe entre los departamentos de seguridad, auditoría y control en la gestión, cómo se evalúa el inventario y su relación con el fraude, cómo mejorar el procesamiento de datos, qué contramedidas se pueden adoptar para ser más eficientes en la lucha contra el hurto, así como plantear nuevas fórmulas que estimulen el intercambio de información y prácticas entre los retailers.

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