4 de cada 10 españoles contienen su gasto por la inflación
Las grandes compras, para tiempos mejores
Si bien nueve de cada diez españoles ocupados confían en que no se quedarán sin trabajo, un 41% de la población cree que la actitud más inteligente en este momento es reducir su nivel de consumo por el azote de la inflación, según el Informe Perspectivas del Consumidor de Kantar Insights, que ahonda en la confianza de los consumidores en el primer trimestre de 2023.
La percepción sobre el empleo coincide con la realidad, ya que precisamente el paro descendió en 48.755 personas el pasado marzo. Esto supone un 1,67%, la mayor bajada porcentual en un mes de marzo desde el año 2002.
Esto influye en que, a pesar de la pérdida de poder adquisitivo, los encuestados creen que será posible adaptarse a la situación económica actual. No obstante, esa adaptación también pasa por contener los presupuestos domésticos, de modo que al mencionado 41% de ciudadanos que creen que es mejor reducir su consumo, hay que añadir un 52% que opina que es mejor mantenerlo sin cambios.
Sin sensación de riesgo, pero sí con preocupación
Aunque los datos sobre la confianza en la estabilidad personal del puesto de trabajo hayan tenido un crecimiento positivo, la preocupación por el tema laboral como algo general sigue siendo elevada. 4 de cada 10 españoles creen que aumentará el número de desempleados, mientras que el 21% piensa que la situación laboral mejorará y el 39% expresa que permanecerá como hasta ahora.
Esta opinión sobre el empleo, en la que subyace una cierta sensación de seguridad según la consultora, influye en la opinión sobre los ingresos. Tanto es así que dos tercios de los consumidores, un 64%, piensan que se mantendrán. Por su parte, un 20% tiene dudas al respecto.
Las grandes compras, para tiempos mejores
El informe de Kantar remarca que la valoración de la situación económica de los hogares se ha mantenido estable, mientras que las grandes compras (coche, vivienda, reformas…) se han debilitado por efecto de la inflación, ya que la mayoría ha optado por posponerlas.
En definitiva, el informe dibuja a un consumidor con un poder adquisitivo reducido por la inflación, pero con la flexibilidad suficiente para gestionar la situación y con confianza en que mantendrá su empleo, aunque sus percepciones macroeconómicas en materia laboral no sean positivas.
Según Teresa de Ledesma, directora de Marketing de la división de Insights de Kantar en España, “la inflación sigue disminuyendo la capacidad de gasto de las familias, pero de momento hacen frente a la situación optando por un consumo prudente y buscan estrategias de compensación en gastos más asumibles. Las estrategias de fijación de precios o las acciones de comunicación que busquen la complicidad de los compradores o les faciliten encontrar formas de “alivio” ante las presiones presupuestarias pueden ayudar a las marcas a conectar con los consumidores en este contexto donde las decisiones de compra tienen un elevado componente pragmático”.